1/29/2008

quién es III

que cantaba un arrullo delicado, Armenta pensó por un momento que esa voz la había escuchado en otra parte, tal vez en alguno de sus sueños, en los cuentos que le contaba el abuelo, ella estaba segura de haberla oído en otra parte.



Entraron a lo que parecía ser un gran salón de recepción, estaba decorado con cortinas de terciopelo azul marino, dos grandes candelabros colgando del techo, su piso era una alfombra de color blanco, y aunque ellos traían los pies sucios del viaje, no la ensuciaban. De las paredes del lugar, colgaban cuadros de antiguas reinas de Rinka, un olor a flores se percibía en el aire, la voz seguía hablando, parecía provenir de un rincón del lugar, Armenta y Luir poco a poco se acercaron, en busca del dueño de esa voz. Armenta y Luir miraban todo.


De pronto, la voz dejo de cantar y se dirigió a ellos: "Armenta y Luir, sean bienvenidos al Palacio Etéreo, sus palabras son escuchadas por los custodios de los deseos y sueños y todo lo que digan es guardado en un baúl hecho de hojas de las flores del jardín". Lo miraron atentamente mientras decía estas palabras, no existía otro sonido que la voz de ese ser que no salía del único rincón obscuro de la habitación.

Armenta recordando lo curiosa que solía ser, acerco su mano, pero no fue bien recibida, recibió un gran picotazo. Entonces, supuso que era un ave grande, faltaba verlo fuera de esa obscuridad.

1/18/2008

quién es II

...todo estaba confunso, por qué ir a buscar algo que tenía a la mano?, con sólo pedirlo lo tendría, pero no era así de fácil, Nium se lo hizo saber con la mirada accidentada de los años.



Tendría que hacer ese viaje, Luir la acompañaría, no había marcha atrás. Armenta tomó lo necesario para el viaje, sueños incumplidos, manos acabadas de tomar el vacío, pasos cubiertos de regresos, ojos reflejados en la nostalgía de la luna y un corazón lleno de preguntas. Todo lo acomodó en el saco mental de sus esperanzas.



El camino fue largo, muchos obstáculos, muchos aprendizajes, pero al fin llegó a su destino.



Estaban frente a un gran portón dorado, custodiado por grandes leones alados que tenían en su espalda cargando a un niño y una niña, sus rostros se veían felices con sus sonrisas francas. Se acercaron al portón, lo miraron por un rato, Armenta levantó la mano para tocar, pero ésta se abrió, los leones bajaron un poco su cabeza en señal de bienvenida, los niños saludaron con un agradable hola.



Luir y Armenta cruzaron lentamente en portal, delante de ellos estaba un patio flaqueado por arbustos de berberia, de camelias rosas, blancas y rojas, alcatraces, flores de gardenia y lunarias. Al fondo se veían árboles frondosos y verdes, caminaron por ese patio hasta la puerta de un castillo blanco, ventanas del tamaño de un hombre y la puerta, la puerta...



entraron y oyeron una voz...

1/09/2008

Quién es?

...caminaba sin alguna preocupación sobre sus hombros, el cielo azul cobijaba su sueños, las nubes formaban tremendas historias, el cantos de las aves su música de fondo en la historia de Armenta.



Armenta era una niña de 12 años, toda su vida la había vivido en un campo lleno de cerezas, con árboles de helado de Kiwi y tamarindo, era hija única de los señores Puf, ella era hermosa, cabello negro, lacio y largo por debajo de los hombros, piel tan clara como porcelana, ojos grandes y cristalinos como un bebé recién llegado al mundo, labios color carmesí, y su lo mejor de todo, una mente llena de países de sueños.



Armenta caminaba feliz en la tierra que alguna vez fue de su abuelo, un señor grande y gordo, pero muy feliz, por las noches cargaba a Armenta en sus piernas y le contaba cuentos de duendes y hadas, algunas veces de espeluznantes dragones y princesas valerosas o pequeños anhelos que volaban muy bajo para no ser pisados y llegar a junto a Marduk para platicar con los elfos de los sueños.



Pero en el mundo de Armenta faltaba algo, tenía casi lo que una niña de su edad puede desear, un campo de cerezas, árboles de helados, el pasto de dulce de limón, una casa de grande, que cualquier recámara regalaba un mundo mágico con sus habitantes extraños y no tan extraños, se podían encontrar, leones parlantes como en Narnia, dragones danzantes, elfos de todas clases, hadas de diferentes partes de la naturaleza y mundos, duendes buenos, aves con hermoso canto, árboles contadores de historias, podías encontrar casi cualquier criatura que tu mente podría imaginar. Pero Armenta juraba que faltaba algo.



Entonces un día, decidió buscar eso que le faltaba en todos los cuartos de su casa, en los baños, en los roperos y debajo de las escaleras, en los rincones de las alacenas de la cocina, dentro de los ecos de los pasillo, en todos los lugares de su casa, pero no lo encontraba. Ella se estaba volviendo vieja del alma conforme transcurrían los días desde su búsqueda.



Los sirvientes de su casa se habían dado cuenta de esto, platicaban entre ellos, pero ninguno se atrevía a preguntarle a Armenta qué era lo que le pasaba, mientras seguía haciendo vieja como la montaña nacida al mismo tiempo que el mundo.



Así pasaron los años, Armenta ya tenía casi 18 años, una gran fiesta estaba preparándose para su cumpleaños, ella sabía que el fin de sus mundos mágicos estaba por llegar, su abuelo se lo había anunciado en una noche fresca de verano frente a la fuente de donde fluían mangos y nadaban peces de gomitas de leche.



La señora Puf tenía la sospecha que algo estaba mal con su hija, tal vez, pensó, no le gustaba el color del pastel o la decoración, podría ser la música o los fuegos artificiales, pero nunca le pregunto. Armenta era una mujer triste en un país mágico.



Entonces, una noche antes de su fiesta, estaba sentada en la cama de su recámara y oyó un toquido de la puerta de su armario, pensó que sólo era su imaginación, pero continuaban tocando, entonces, después de pensarlo por un rato, se levantó se su cama, camino despacio hasta su armario, tomo la perilla de la puerta y abrió.



De un sólo golpe salió un unicornio, cayendo en el colchón de la cama. Él era tan blanco como la nieve de las montañas, su cuerno brillaba, sus patas eran fuertes, ágiles y se veían tan ligeras como una pluma, aquel animal parecía etéreo y tan real, Armenta se quedó sin palabras.



Aquel unicornio se volteo delicadamente para ver a Armenta, ella no lo podía creer, los ojos de su visitante eran tan hermosos como los fueron los de ella alguna vez, podía reflejarse completamente y ver más allá, el mundo de dónde venía Luir, ese era el nombre del unicornio.



Luir se inclino y comenzó a hablar, Armenta, he venido por ti, tenemos un viaje por hacer, del mundo de dónde vengo, se cuentan historias de ti, dicen que alguna vez fuiste muy feliz, pero un día te diste cuenta de tu falta y he venido por ti para enseñarte el camino que tanto tiempo has buscado.



Armenta no podía moverse, sentía un ligero peso en sus pies, sus brazos caían a los lados de su cuerpo, Luir se dió cuenta y de un sólo toque de su cuerno en el hombro, ella desperto de su realidad, dió un gran grito, pero parecía ser sordo, nadie llegó corriendo a su recámara o llamaron a su puerta, Luir le pidio que dejará de gritar. Armenta, como por incercia, dejo de hacerlo. Entonces escucho a Luir sobre las historias de ella en su mundo.

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Armenta subió en Luir, entraron al armario y de un soplo de aire llegaron a Rinka, todos los seres de ese mundo la esperaban con flores y música de viento, el rey de Rinka era una gata negra, con una pequeña corona blanca, se llamaba Nium, se acercó a Armenta, la besó en la mejilla, si se puede decir besar, pues en realidad, la lamió, le dió la bienvenida y comenzó a guiarla por la alfombra de cristal.



Mientras caminaban rumbo al palacio, Nium y Armenta iban en silencio, ella se preguntaba si Nium sabía sobre lo que buscaba ella, Nium iba serena.



Llegaron a las puertas del palacio que se abrieron con el movimiento de una de las patas de Nium, los escoltas de la puerta eran grandes osos del color de la tierra, sus espadas eran de oro y plata, no tenían armadura, no la necesitaban, su cuerpo es fuerte como un roble y su corazón poseé la fuerza para protegerlos, pocos habían muerto, la mayoría por causas naturales, otros pocos, morían de tristeza.



Nium y Armenta ya estaban en la sala principal, ellla tomo su lugar, miró a Armenta directamente a los ojos y dijo: Sé el por qué de tu tristeza, pero no te ayudaré a menos que lo pidas, yo tengo lo que buscas, pero no puedo dartelo, sólo te mostraré el camino para llegar a él, sólo te hago una advertencia, ve con mente y alma clara, libre de prejuicios, cree en lo que tus ojos y corazón ven.



Armenta cuestionó a Nium, por qué ella no se lo podía dar, por qué si sabía que necesitaba ayuda, no se la daba sin tener que pedirla, por qué tenía que ir con la mente y el alma de una niña que hace seis años dejo de existir, se soltó a llorar, tenía la seguridad de no lograr el propósito que hace años la había vuelto vieja.



próxima entrega el viernes

1/07/2008

Reyes Magos



Salí temprano de mi trabajo para ir de compras con los reyes magos, la cita con mi mamá, quien me acompañó, era a las 4:30 pm. Sabía los juguetes que mi hija les pidió, iba emocionada y entusiasmada por los regalos, sabía a dónde llegar, con quién hablar y cuánto tiempo me demoraría, todo estaba planeado para llegar a mi casa a las siete de la noche, porque mi hermano también necesitaba ir con los reyes.

El intinerario era: bodega de Mattel en el centro del Distrito Federal, Mx, caminar por algunas calles para ver qué más se compraba y eso era todo, de regreso a casa, esconder los juguetes, acompañar a mi hermano a una tienda departamental para hacer lo propio y llegar a casa a las 10:00 pm a más tardar.
Pero no fue así, a la cita si llegue a la hora indicada, todo marchaba bien hasta ese momento, caminamos por la calle de Madero hasta el llegar al centro de la Ciudad de los Palacios, la atravesamos tranquilamente, pues teníamos tiempo, vimos algunas cosas, pero nada nos gustó, así que mejor nos dirigimos directo a la bodega que se encuentra en la calle de Moneda, atrás de Palacio Nacional.

La calle está en reconstrucción, aquello era un desastre, un pequeño espacio para caminar, hoyos, maquinaria y hombres trabajando en la remodelación, no había mucha gente, entonces, inocentemente pensé: "estará relax este asunto de reyes", pero cual sería mi sorpresa, al llegar a la bodega, estaba llena de gente, porque además, hay una tienda de juguetes en el mismo lugar, ambos estaban a reventar de Reyes Magos, filas para dejar las cosas en paquetería, filas para entrar y cuando por fin lo logras, te conviertes en troglodita por pelear el juguete favorito que tu hijo quiere y que para tu desgracia, otro papá lo tiene, es el último y tienes que hacer miles de malabares para convencerlo del por qué te lo tiene que dar y si se pone rejego, pues no queda otra, buscar algo parecido para tu hija (o). Esperando no desilucionarlo cuando lo abra.

Pues a mi me pasó algo parecido, llegue a la bodega, entré con mi mamá, caminamos por el establecimiento buscando el regalo perfecto, pero el susodicho no estaba :¿



(este es el regalo que no encontró el rey mago)


Entonces busqué opciones, pero nada se acoplaba un poco a lo que buscaba, la desesperación comenzaba a invadirme, mi mamá tampoco encontró algo adecuado para las niñas, entonces escuche una vocesilla que decía: " Elmo ya sabe contar", camino a donde venía y veo una pantalla con Elmo y luces, no estaba mal el juguete, lo reviso como miles de veces, entonces, viendo la situación, lo tomó resignada, voy al área de consumibles y pregunto si tienen más discos interactivos, me dicen que si, los pido, soy un poco más feliz, al menos encontré algo "educativo", compro dos discos, uno de Bob Esponja, personaje al cual mi hija es super fan y otro de Dora la Exploradora (wuac), pero era ese o de Barney al cual lo vomito.

Me formo en la fila de la caja, tardo como media hora para salir del lugar, estoy sudando, ya me había cansado de estar parada, el tiempo se vino encima, ya eran las siente de la noche, yo seguía en el centro, todavía faltaba ir a otro lugar y mi hermano estaba punto de la desesperación porque no llegábamos.



regalo de consolación


Por fin salgo del lugar y me dice mi mamá que si vamos a la tienda departamental de la cual puede comprar a crédito, pppero por supuesto, es mi respuesta, tal vez ahí encontraría el regalo prometido, caminamos a la tienda que se encuentra en avenida Juárez, enfrente del Palacio de Bellas Artes, después de habernos comido unas riquisímas quesadillas y gorditas en la calle.


Entramos al lugar, todo estaba muy tranquilo, al menos eso parecía, pero llegando al piso de juguetería... ¡¡¡Santo Dios!!!, eso era una romería, papás buscando los regalos que sus hijos pidieron en sus cartas, juguetes tirados, algunos ya estaban algo rotos, el área de niñas era una zona de guerra, barbies tiradas, ponys maltratados de las cajas, muñecas amontonadas, nenucos y muñecos de peluches por todos lados, un pasillo de plano estaba cerrado por todos los juguetes que estaban en el suelo.

Me espanté de ver el cuadro. De pronto veo una señora con una computadora de Las Princesas que mi sobrina tanto anhelaba, le pregunto dónde la localizó y sólo me señala con el dedo y me dice: "por allá". Voy hacia donde me señala, busco la computadora y sólo hay dos, una maltratada y la otra... pues no estaba tan mal. Me la apaño con toda la mala leche, la pongo en mis cosas para que nadie se la llevara.


Mi mamá del otro lado del pasillo busca el regalo para mi hija, encuentra un gusanito que sus patas son las letras del abcderio, me recuerda que le gusta mucho y se lo quiere comprar, entonces me acuerdo que hay un gatito con grandes ojos, el cual mi hija le lloró mucho9, pregunto por él y de pura casualidad tienen dos!!!, entonces hago la catapixia con mi mamá, el gatito por el gusanito, ella acepta.


Durante el tiempo que estuvimos en la tienda, varias señoras agarraban la computadora y les decía: "señora, esa es mía", se me quedaban viendo con cara de por favor, es la que quiere mi hija, pero a mi no me importaba y sólo les decía, debe de haber más por allá (ojete, si, pero valió la pena)

Por fin, tenemos los regalos de las niñas, ambas les fue bien, pero faltaba la envoltura, otra fila, más tiempo, pero ya estábamos ahí, ni modo, envolver los regalos.

Después de una tarde-noche larga, llegamos a mi casa casi a las 12:00 am, entramos a la casa sin hacer mucho ruido, pues las niñas todavía estaban despiertas por esperarnos, subí con cuidado las escaleras, llegue al cuarto de la cobacha, guardé los regalos y la magia estaba por comenzar...

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6 de enero

Son casi las once de la mañana, nos despertamos tarde porque un día anterior salimos y llegamos muy temprano a casa.



Mi sobrina sube corriendo a la recámara de mi mamá y le dice que los Reyes Magos ya llegaron, medio adormilada la escucho, m hija ya esta despierta, me ve y en su idioma me da a entender la noticia, le digo emocionada: los reyes ya llegaron, los reyes ya llegaron, ella se emociona, me levante sus brazos para cargarla, abrimos la puerta de nuestro cuarto, mi sobrina me ve y me da la noticia, bajamos las tres corriendo para ver los regalos y valió la pena la odisea.


1/03/2008

el viaje

Mi acompañante de viaje es algo frío en sus manos, tengo que cubrirme con mi abrigo negro de piel, le toco la cara y él, todo el cuerpo, caminamos juntos para tomar la combi que nos lleva al metro indios verdes, creo que tardará un poco, son vacaciones y no hay mucho pasaje en estos dìas.

Él sigue tocandome hasta llegar a mis huesos, es algo frío pero me agrada. Por fin llega nuestro transporte, nos toca el lugar de adelante, nos subimos, saludamos al chofer y a nuestra acompañante de viaje, cierran la puerta y él toma un poco del calor del auto.

El camino es un poco largo, por lo regular hacemos una hora de camino, pero gracias a las vacaciones, el trayecto sólo nos toma media hora. De la radio de la combi salen las palabras del locutor de la K buena, el chofer y la vecina de viaje, se van riendo de las tonterias que dice éste a sus radio escuchas, confieso que me reí algo, escuchar palabras ligeras por lamañana con algo de sueño, ayudan a despertar. Cuando le estoy tomando sabor al programa, el chofer decide quitarlo y poner algo de su música :¿

Toma sus discos (piratas) y busca como si estuviera a punto de encontrar el tesoro de Moctezuma, por fin encuentra el elegido, lo pone con mucho cuidado y comienza a sonar, por un momento pensé que sería regetton o algo parecido, sorpresa que nos llevamos, era Juan Gabriel!!!

Ahora el camino SI será largo, Juan Gabriel por la mañana, mejor una patada en el culo. Es una lástima que no podamos decidir que escuchar con sólo cerrar los oídos.

Casi son las 8:00 am, no hemos llegado al metro (llegaré de nuevo tarde al trabajo), él sigue algo frío, mejor me cubro un poco más.

Las bocinas comienzan a lanzar las estrofas de Yo no nací para amar, con la orquesta sinfónica (wuac), vamos llegando al metro y el chofer se ve forzado a bajarle al volumen para pedir el costo del pasaje (uff, se salvaron mis oídos y mi cerebro)

Hemos llegado al metro Indios Verdes, caminamos al metrobus, que también está algo despoblado sin su gente de costumbre, son las 8:15, paso mi tarjeta de pasaje por el lector, paso a la terminal, camino a su lado hacia nuestra fila para abordar, él decide dar un poco de tregua, ya no se siente tan frío, me quito la gorra.

El metrobus tarda en llegar, la gente de aglomera en el pasillo, sus caras comienzan a reflejar hastío y molestia por la espera, la mayoría va vestida de negro, creo que es por el clima, los menos, visten de color, tal vez por estado de
ánimo, me gusta observarlos, sus gestos, la forma de pararse y si alguna mujer decide maquillarse durante la espera, para mi es genial, tengo una curiosidad por ver como hacen este cambio en sus caras.

Por fin llega el transporte, la gente que está formada en la última parte de la fila, se acerca desesperada a la entrada, los de adelante no los dejan pasar, se pelean los asientos, gente se avienta y por algunos minutos, el metrobus parece una zona de guerra por un asiento.

Ya son las 8:30, todavía no subo al transporte, espero al siguiente para ir sentada y dormitar un rato, no hay prisa por llegar a mi hora de entrada, sé que voy retrasada 15 minutos, pero ya no estreso, pasan otros tres minutos antes de abodar. Abre sus puertas, las mujeres comienzan a aventarse, lo troglodita les sale por los poros, yo me limito a moverme de acuerdo a ellas, al fin y al cabo, me abren espacio y puedo sentarme sin tanto trabajo.

Ya voy en camino, dormito un rato duante todo el trayecto, despierto dos estaciones antes de mi parada, volteo a ver mi alrededor, el metrobus no está muy lleno. Estoy por llegar a mi destino, salgo y él está muy frío, me pongo de nuevo el gorro.

Camino hacia mi trabajo, sé que no hay mucho por hacer, no llevo prisa por llegar, hago una parada en una tienda de 24 horas para compar mi café de la mañana. Compro el de siempre: mokachino.

Estoy por llegar, unos pasos me separan, llego a la puerta, toco el timbre, la puerta automatizada abre, me meto al edificio, camino hacia las escaleras, las subo algo despacio, llego a la puerta de la oficina, tocó, abren y muy cordialmente me da los buenos días el dueño de donde trabajo.

Me dirijo a mi cúbiculo, él ya no entró, le cerraron la puerta en cuanto lo sintieron, pero sé que en algunas horas, cuando salga por mi comida, lo volveré a sentir.

Será un día como los últimos, nada que hacer, muchas páginas por visitar, otras por descubrir, algunas llamadas por hacer, citas que concretar, publicar un anuncio de donde trabajo y mucho tiempo por matar.

El lunes será otra historia.

1/02/2008

me deje seducir

Pues me rehusaba a usar este medio de comunicación, aunque hace tiempo lo utilice, pero lo dí de baja porque era visitado por personas no gratas, entonces decidí no volver a usarlo, pero dadas las circuntancias por las que el mundo atraviesa (ajá) y el montón de cosas que tengo por decir, algunas interesantes, la mayoría no, vuelvo a este cyber espacio.

Prometo que el siguiente post sea más interesante que el anuncio de mi llegada a este espacio.

Dijo yo el 2 de enero 08