5/05/2008

Te volví a encontrar

Ana no sabía nada de la vida de Paulo, lo veía pasar todas las tardes por el frente de su casa, él era un tipo que le quitaba el aliento, varias ocasiones se cruzaron por la calle o el camión de regreso a casa, pero no podía verlo a los ojos, sentía ese impulso de salir corriendo a sus brazos y no dejarlo ir.

Pero el destino le tenía preparada una jugada que cambiaría la vida de ambos...

Ana no sabía nada de la vida de Paulo, él sabía el nombre de Ana... Entonces, en uno de esos viajes rumbo a casa, con tráfico a vuelta de rueda y por las circuntancias, se sentaron juntos, Paulo comenzo a platicar con Ana.
Ella temblaba como una hoja, se ponía roja cada vez que él decía su nombre y el fuego en el corazón se hacía más vibrante, sabía que si al bajar, él lo hacía con ella, no lo dejaría ir, era cómo si lo conociera de hace tiempo, sentía que era su alma gemela. Pero algo estaba mal

Paulo sentía una inquietante química junto a Ana, él sabía que bajaba con ella del transporte público, no la dejaría ir, pero sabía que algo estaba mal.

Ellos, sin decir palabra alguna, tomaron la decisión de no volverse a ver.

Paulo bajo del camión, lo esperaba su familia, Ana... decidió seguir.

Ana y Paulo se conocieron un día de mayo, en el clima indicado, pero no les favorecía el tiempo.
Ana y Paulo tendrán que esperar otra vida para estar juntos