1/07/2008

Reyes Magos



Salí temprano de mi trabajo para ir de compras con los reyes magos, la cita con mi mamá, quien me acompañó, era a las 4:30 pm. Sabía los juguetes que mi hija les pidió, iba emocionada y entusiasmada por los regalos, sabía a dónde llegar, con quién hablar y cuánto tiempo me demoraría, todo estaba planeado para llegar a mi casa a las siete de la noche, porque mi hermano también necesitaba ir con los reyes.

El intinerario era: bodega de Mattel en el centro del Distrito Federal, Mx, caminar por algunas calles para ver qué más se compraba y eso era todo, de regreso a casa, esconder los juguetes, acompañar a mi hermano a una tienda departamental para hacer lo propio y llegar a casa a las 10:00 pm a más tardar.
Pero no fue así, a la cita si llegue a la hora indicada, todo marchaba bien hasta ese momento, caminamos por la calle de Madero hasta el llegar al centro de la Ciudad de los Palacios, la atravesamos tranquilamente, pues teníamos tiempo, vimos algunas cosas, pero nada nos gustó, así que mejor nos dirigimos directo a la bodega que se encuentra en la calle de Moneda, atrás de Palacio Nacional.

La calle está en reconstrucción, aquello era un desastre, un pequeño espacio para caminar, hoyos, maquinaria y hombres trabajando en la remodelación, no había mucha gente, entonces, inocentemente pensé: "estará relax este asunto de reyes", pero cual sería mi sorpresa, al llegar a la bodega, estaba llena de gente, porque además, hay una tienda de juguetes en el mismo lugar, ambos estaban a reventar de Reyes Magos, filas para dejar las cosas en paquetería, filas para entrar y cuando por fin lo logras, te conviertes en troglodita por pelear el juguete favorito que tu hijo quiere y que para tu desgracia, otro papá lo tiene, es el último y tienes que hacer miles de malabares para convencerlo del por qué te lo tiene que dar y si se pone rejego, pues no queda otra, buscar algo parecido para tu hija (o). Esperando no desilucionarlo cuando lo abra.

Pues a mi me pasó algo parecido, llegue a la bodega, entré con mi mamá, caminamos por el establecimiento buscando el regalo perfecto, pero el susodicho no estaba :¿



(este es el regalo que no encontró el rey mago)


Entonces busqué opciones, pero nada se acoplaba un poco a lo que buscaba, la desesperación comenzaba a invadirme, mi mamá tampoco encontró algo adecuado para las niñas, entonces escuche una vocesilla que decía: " Elmo ya sabe contar", camino a donde venía y veo una pantalla con Elmo y luces, no estaba mal el juguete, lo reviso como miles de veces, entonces, viendo la situación, lo tomó resignada, voy al área de consumibles y pregunto si tienen más discos interactivos, me dicen que si, los pido, soy un poco más feliz, al menos encontré algo "educativo", compro dos discos, uno de Bob Esponja, personaje al cual mi hija es super fan y otro de Dora la Exploradora (wuac), pero era ese o de Barney al cual lo vomito.

Me formo en la fila de la caja, tardo como media hora para salir del lugar, estoy sudando, ya me había cansado de estar parada, el tiempo se vino encima, ya eran las siente de la noche, yo seguía en el centro, todavía faltaba ir a otro lugar y mi hermano estaba punto de la desesperación porque no llegábamos.



regalo de consolación


Por fin salgo del lugar y me dice mi mamá que si vamos a la tienda departamental de la cual puede comprar a crédito, pppero por supuesto, es mi respuesta, tal vez ahí encontraría el regalo prometido, caminamos a la tienda que se encuentra en avenida Juárez, enfrente del Palacio de Bellas Artes, después de habernos comido unas riquisímas quesadillas y gorditas en la calle.


Entramos al lugar, todo estaba muy tranquilo, al menos eso parecía, pero llegando al piso de juguetería... ¡¡¡Santo Dios!!!, eso era una romería, papás buscando los regalos que sus hijos pidieron en sus cartas, juguetes tirados, algunos ya estaban algo rotos, el área de niñas era una zona de guerra, barbies tiradas, ponys maltratados de las cajas, muñecas amontonadas, nenucos y muñecos de peluches por todos lados, un pasillo de plano estaba cerrado por todos los juguetes que estaban en el suelo.

Me espanté de ver el cuadro. De pronto veo una señora con una computadora de Las Princesas que mi sobrina tanto anhelaba, le pregunto dónde la localizó y sólo me señala con el dedo y me dice: "por allá". Voy hacia donde me señala, busco la computadora y sólo hay dos, una maltratada y la otra... pues no estaba tan mal. Me la apaño con toda la mala leche, la pongo en mis cosas para que nadie se la llevara.


Mi mamá del otro lado del pasillo busca el regalo para mi hija, encuentra un gusanito que sus patas son las letras del abcderio, me recuerda que le gusta mucho y se lo quiere comprar, entonces me acuerdo que hay un gatito con grandes ojos, el cual mi hija le lloró mucho9, pregunto por él y de pura casualidad tienen dos!!!, entonces hago la catapixia con mi mamá, el gatito por el gusanito, ella acepta.


Durante el tiempo que estuvimos en la tienda, varias señoras agarraban la computadora y les decía: "señora, esa es mía", se me quedaban viendo con cara de por favor, es la que quiere mi hija, pero a mi no me importaba y sólo les decía, debe de haber más por allá (ojete, si, pero valió la pena)

Por fin, tenemos los regalos de las niñas, ambas les fue bien, pero faltaba la envoltura, otra fila, más tiempo, pero ya estábamos ahí, ni modo, envolver los regalos.

Después de una tarde-noche larga, llegamos a mi casa casi a las 12:00 am, entramos a la casa sin hacer mucho ruido, pues las niñas todavía estaban despiertas por esperarnos, subí con cuidado las escaleras, llegue al cuarto de la cobacha, guardé los regalos y la magia estaba por comenzar...

----------------------------------------------------------------------------------------------



6 de enero

Son casi las once de la mañana, nos despertamos tarde porque un día anterior salimos y llegamos muy temprano a casa.



Mi sobrina sube corriendo a la recámara de mi mamá y le dice que los Reyes Magos ya llegaron, medio adormilada la escucho, m hija ya esta despierta, me ve y en su idioma me da a entender la noticia, le digo emocionada: los reyes ya llegaron, los reyes ya llegaron, ella se emociona, me levante sus brazos para cargarla, abrimos la puerta de nuestro cuarto, mi sobrina me ve y me da la noticia, bajamos las tres corriendo para ver los regalos y valió la pena la odisea.


2 comentarios:

Carlos dijo...

...veo que eres nueva en losa blogs, bienvenida y si podemos ayudarte avisanos con confianza.

Gracias por tu visita!

Aline Suárez del Real dijo...

:S... que horror !!, ni modo, ya me tocará cuando tenga hijos, maldita mercadotecnia pero ni hablar, supongo que mantener la ilusión ha de ser bonito.